¿Has entrado alguna vez a una habitación completamente oscura?

Y de pronto enciendes un fósforo y alcanzas a ver algunas cosas de las que hay allí.
Luego recuerdas que llevas en tu mochila una linterna y la enciendes y ahora ves mucho más y sobretodo ves lo que enfoca tu linterna. De esta misma manera es nuestra atención:

¿en qué se enfoca tu atención? 

¿En lo que te falta, en lo que no te gusta y en lo que no quieres?

O por el contrario ¿te enfocas en lo que sí tienes?, ¿en lo que más te gusta y vas y lo experimentas? o ¿en la experiencia que te gustaría vivir y das pasos para alcanzarlo?
Y ahora ubica con tu linterna el interruptor y enciende las luces que iluminan esta gran habitación, entonces puedes ver globalmente todo lo que allí se encuentra, y a partir de este momento puedes elegir llevar tu atención hacia los objetos que más te sirvan para lo que quieras emprender.
Si por ejemplo, quisieras ir a pescar, enfocarías tu atención en aquellas cosas que te puedan ser útiles para esta labor, como podrían ser: los anzuelos, la caña, el cordel, etc. Y dejarías de lado todo lo demás que no te sirva.
Ahora deja de lado todo lo que no te sea útil para lo que quieras hacer en tu vida como serían: la pereza, la zona de confort, la duda, el desgano, la preocupación, el stress, los miedos, los prejuicios, las suposiciones o la ansiedad.
Y enfócate en todas las cosas, objetos, habilidades, valores, cualidades que tú ya tienes en tu espacio propio, toma aquellas que te sirvan para lo que quieres hacer o para lo que ya estás haciendo, como son: el compromiso, la amabilidad, el respeto, el entusiasmo, la alegría, la pasión, la curiosidad, sírvete de estas y ¡VIVE!.

Escrito por: Jeannette Romero

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