El aforismo griego «Conócete a ti mismo» escrito en giego clásico (γνωθι σεαυτόν, transliterado como gnóthi seautón) se encontraba inscrito en el  templo de Apolo en Delfos.

Esta frase nos sugiere que el mayor conocimiento que podemos obtener en la vida es el autoconocimiento.

Las preguntas ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿En qué punto me encuentro? y ¿Para dónde voy? Son las preguntas básicas que han definido los rumbos de las historias de la mayoría de los seres humanos.

El conocimiento de sí mismo, el entendimiento de tus fortalezas y debilidades, determinan un ritmo y apropiación de tu vida y de lo que se te presenta. Ir hacia adelante reconociendo las destrezas y limitaciones hará que te enfrentes a la vida o a las diversas situaciones desde otras posibilidades, con mayor información sobre ti. Aprendiendo de lo que te hace falta y avanzando desde eso en lo que eres diestro, esto es sabiduría.

Sabiduría:  Saber hacer con lo que se sabe.

Todo el conocimiento adquirido por ti, lo pones a disposición de la vida, y de lo que se vaya presentando momento a momento. Conociéndote sabrás desde dónde, cómo y para qué actúas según el propósito que estés considerando sea más contributivo para ti.

Desde el autoconocimiento ya no actúas a la loca, desorganizadamente, pues así mismo son tus resultados. Conociéndote, tienes un punto de partida, para lograr cualquier cosa que desees.  Al conocerte, conoces también el mundo.  Te observas y así mismo puedes observar el mundo. Te reconoces y así mismo reconoces el mundo.

Todo parte de ti y de cómo y cuánto realmente te conoces a ti mismo.

Abrazos

Escrito por: Jeannette Romero

Terapeuta Holística

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