Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, existen millones de caricias que construyen la vida. Facundo Cabral

Desde que eras un pequeño recibías las caricias de tus padres, una tibia y acogedora manera de conocerlos, de sentirlos, de sentirte amado, cuidado y protegido.
También has sentido cómo cuando en algún momento te lastimaste o te caíste jugando, unas manos amorosas te consintieron y con la aplicación de una cremita o un bálsamo en tu herida ya te sentiste mejor.
Has acariciado también y por medio de tus caricias has dado afecto y comunicado tu amor y tu amistad.
El abrazo, ese contacto tan humano, tan cálido y reconfortante, siempre nos anima en momentos en los que nos sentimos tristes, o en momentos de felicidad.
Esta nutrición del afecto es indispensable para la vida del ser humano y hoy te invito a que nutras aún más esta posibilidad en ti, que abraces más, que toques más y que beses más.
Que salgas y disfrutes de tirarte sobre el césped y sentir cómo la madre Tierra te recibe sobre ella, que sientas el calor del sol en tu cara, el viento que mueve tu cabello, y que por un momento te abraces a ti mismo y te des en ese abrazo todo el amor que sólo tú puedes proporcionarte.

Escrito por: Jeannette Romero

Comentarios via Facebook

comentarios